viernes, 8 de julio de 2011

Mendigos

La pena de no tener ya una cámara en el ojo, esto dentro de unos años no será un problema, pero todavía no se pueden sacar fotos así, en el momento. En el preciso instante, no vale una milésima de segundo después, ya has seguido caminando.

Éste siempre dice algo si le cruzas la mirada, pero nunca le escuchas porque APESTA.
Éste se había arrinconado contra una puerta de madera muy vieja. Había buscado su sombra natural, una esquina de arrugas y decrepitud, un camuflaje; pensé que podía ser él quien provocara todo el ajamiento, que podría ser el centro de una burbuja que envejeciera varios años todo lo que estuviera en su radio de acción. Pero no, el tipo no era centro de nada, sólo era un mierda arrimado a una puerta.