jueves, 23 de junio de 2011

Plana como un espejo


Así es como se ve la superficie de la piscina: plana como un espejo. En el instante del dibujo, la propia saltadora tiene la mirada fija en ese pequeño recuadro que hay varias decenas de metros bajo ella. El borde de la piscina enmarca una imagen nítida y perfecta del cielo sin nubes, da un poco de vértigo extra, porque contradice la referencia natural del suelo, un poco como cuando flotas en el espacio y todo a tu alrededor es cielo nocturno, también a tus pies.

Como habréis imaginado no hay agua en la piscina, sólo un grueso espejo macizo de treinta toneladas y varios metros de grosor. Después de chocar contra él, la propia saltadora acabó igualmente lisa. Reflectaba.